sábado, 28 de diciembre de 2013

Love and bruises. Amar duele.


La polémica y Lou Ye van cogidos de la mano. El director chino ha sido censurado en su país debido a su estilo transgresor y lo espinoso de los temas que suele tratar. En 2006, China le impuso una sanción de cinco años de inhabilitación tras estrenar (también estuvo nominada en Cannes a la Palma de Oro) Summer Palace, una película con la que relataba la represión militar en la plaza de Tiananmen de junio de 1989, un tema prohibido en su país. En 2009, buscando financiación en el extranjero, pudo presentar Spring Fever cuyo núcleo gira en torno a la relación de dos hombres homosexuales, otro tema tabú en China. Ye tiene predilección por mostrar sus obsesiones de índole sexual en la pantalla. Y, aunque Love & Bruises no es para nada explícita, el deseo carnal y la violencia están muy presentes a lo largo de su última película, una co-producción francesa donde explora la intensa relación entre dos jóvenes necesitados.


Por un lado, tenemos a Hua, una joven profesora china que se ha instalado en París. Su novio corta con ella y, mientras va paseando, sufre un pequeño accidente cuando Mathieu, un joven obrero, le pega en la cabeza con unos tubos metálicos. Para disculparse, Mathieu la invita a cenar y se establece entre ellos una dolorosa relación de dependencia y necesidad marcada por la violencia física y la apetencia sexual. Son dos personas con intereses distintos, con diferencias intelectuales obvias pero cuya desorientación y soledad les hará sentir una imparable necesidad el uno del otro, incapaces de separarse aunque se pongan a prueba.

El último trabajo de Lou Ye es una adaptación de la novela autobiográfica de Jie Liu Falin llamada Bitch, un libro bastante polémico por el alto contenido sexual (de nuevo, los chinos con sus tabúes). Para dar el salto a la gran pantalla, se optó por cambiarle el título a uno menos controvertido y aligerar la trama sexual focalizando más en la idea del dolor al amar compulsivamente. Asimismo, la visión urbanita de París juega un papel importante como ciudad (anti)romántica, casi como un personaje más. Corinne Yam, quien ha sido modelo de marcas de moda prestigiosas como Vuitton y Dior, interpreta a Hua en su primer papel protagónico en el cine sin terminar de cuajar como la solitaria, angustiada y apasionada Hua. Por su parte, Tahar Rahim, conocido gracias a su papel en Un profeta, da vida de forma más convincente al agresivo y loco enamorado Mathieu.


Como decíamos, en Love & Bruises los personajes se pasan gran parte del metraje haciendo el amor aunque en ningún momento el director explicita esas escenas. Sí es cierto que el espectador se siente como una especie de voyeur debido a la cámara en mano y al enfoque intimista de unos planos detalle que expresan los sentimientos más dolorosos de los dos protagonistas. Dice Lou Ye que cualquier historia se puede contar a través de una historia de amor. En este caso, una de amores impulsivos y autodestructivos, donde el sexo adquiere un cariz predominante debido al carácter promiscuo y sumiso de Hua. Tanto sexo y tanta agresividad, unido a una lentitud de desarrollo narrativo y a que los porqués de los roles en esta relación de adicción no quedan del todo claros, nos llevan a sentir Love & Bruises como una película monótona, superflua y agotadora.


5/10

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